Me gusta (y mucho) la música. En general. Me gusta, cuando puedo, escucha todo tipo de música, y consumo mucho programas tipo talent show. Me gusta ver el nivel de los artistas en España, especialmente. La verdad es que es una maravilla ver cómo tanta gente es buena cantando, bailando, interpretando… y algunas incluso componiendo. Cuando ves tanto, te das cuenta de que lo que hacen los grandes artistas del momento es también fruto de la casualidad y de la suerte, porque mimbres hay muchos. Y eso es muy bueno.
Pero yo quería hablar del Festival de Eurovisión, sobre todo porque a veces los nombres pierden parte de su contenido, y damos por normal lo que no lo es. Lamento ver cómo en los últimos tiempos los festivales de música pierden una parte muy importante de su nombre: «de la canción». El Festival de Eurovisión también lo es, es decir, que lo importante y lo que se vota, y lo que gana, es la mejor canción. Sin embargo vemos cómo sistemáticamente las canciones ganadoras son como poco cuestionables a nivel de calidad musical. No digo que no sean pegadizas o algo así, pero no son grandes canciones (sí, es subjetivo, pero es que el arte es así, diferente para cada cual, y así opino yo). Además, pierde importancia la canción y sube enteros el espectáculo visual. Para mí, los que perdemos somos todos, porque nos quedamos sin poder escuchar grandes canciones. Y por supuesto, pierde el festival (o los festivales) que año tras año baja enteros, seguidores y caché.
Finalmente, analizar lo que desde España mandamos al concurso. De lo último que hemos mandado, me gusta Daniel Diges como artista (aunque poco favor le hicieron desde la dirección de la candidatura dejándole plantado y sin moverse en el escenario, cuando es un chaval que tablas tiene un rato para hacerse con el escenario y el público), pero aborrezco la canción. También tengo especial manía a Soraya Arnelas (conocida también como Soraya «Poyeya» gracias a la más graciosa versión de «Por ella»), una «artista» que no sé que tiene (o «qué tiene con quién») pero está en el panorama musical español haga lo que haga. Tiene disco nuevo, portadas, programas de televisión… e incluso la mandamos a Eurovisión para hacer el ridículo y quedar en la peor posición de todos los tiempos junto con Lydia (la 23ª de 25), es decir, penúltima. Poca gente tiene el suficiente apoyo como para conseguir después de la debacle venir a España y que no pase nada. Es como un paréntesis temporal: eso no existió. Menos mal que «la artista» tiene arrestos para decir públicamente después del concurso que a ella «no la tumba ni Dios«. Olé!!
En todo caso, vamos a lo importante: los compositores tienen un papel muy poco agradecido en el panorama español musical. Nadie sabe quién compone las canciones que les llegan al alma, salvo que intérprete y autor sean la misma persona. Y a mí me da mucha pena. Y los festivales «de la canción» hacen poco porque eso no sea así. Deberíamos volver a recuperar tiempos en los que los compositores eran personajes muy célebres de la vida musical y que eran reconocidos, como Augusto Algueró, Juan Carlos Calderón… Y si no, comprobad los Grammy a la mejor canción y comprobad que muchos de los éxitos de algunos artistas están compuestos por nombres desconocidos para la inmensa mayoría. Es una alegría ver que hay artistas que componen e interpretan estupendamente, como Alicia Keys, Bruce, Coldplay, U2… menos mal.
imagen: Wikipedia
1 comentario