El otro día vi en un programa de televisión a un diplomático español en Chicago. Me dió la impresión de ser un tipo inteligente, como lo son la mayoría de los funcionarios de un nivel alto, dada la alta preparación que deben tener para terminar obteniendo la plaza. He mirado la preparación que deben cumplir en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores y corroboro que deben ser titulados superiores, dominar al menos inglés y francés y pasar la oposición, que son 205 temas.
Y yo pienso… qué mejor diplomático que nuestro propio Presidente del Gobierno? Pues bien, por alguna razón esto no es así. No entiendo cómo podemos permitir que nuestro presidente ZP (aunque los anteriores tampoco eran mejores), el cual una de sus funciones es cuidar de los intereses de España y los españoles en el extranjero, y no tenga ni la más repajolera idea de inglés y, lo que es peor, ningunas ganas de aprenderlo. ¿Es que no podrían darle unas clases particulares? ¿No debería un presidente de Gobierno tener mejor cabeza para aprender algo que cualquiera de las secretarias que solemos contratar, a las cuales les pedimos idiomas?
Podemos pensar que para algo están los traductores, pero el problema está en que en los corrillos es donde se reparte parte del bacalao internacional, y es en esos corrillos donde no está nuestro presidente… porque no entiende lo que dicen. Por favor, Presidente, aprenda inglés. Gracias.